El viaje de verano del año 2009 fue a Siria. Ahora, cada vez que veo la televisión y empiezan los telediarios con noticias sobre ese país, me acuerdo de esas vacaciones, el gran país que me encontré, la gente que te recibía con amabilidad y tranquilidad, los paisajes maravillosos, la historia que se respiraba en cada uno de sus rincones…. este post es un homenaje a ese país y esas gentes que lo están pasando tan mal y que recuerdo con tanto cariño. Muchas de las cosas que voy a describir quizá ahora ya no existan.
Empezamos el viaje en Damasco, capital de Siria y ciudad que tiene mucha historia a sus espaldas. En Damasco pudimos ver la gran mezquita (con la cabeza de San Juan Bautista), la mezquita Chiita, el gran bazar, sus calles tranquilas, con restos romanos en cualquier rincón, alguna iglesia católica muy antigua. Otra de las joyas que pudimos visitar era el museo arqueológico con grandes piezas de la época Persa (Siria era Persia en la antigüedad).
DAMASCO
Seguimos nuestro recorrido por el país en el pueblo de Maalula. No es muy conocido pero en ese pueblo se sigue conservando el habla aramea, hay un monasterio que todavía hacen la misa en ese idioma (de la época de Cristo). También es un importante centro de peregrinación para visitar las reliquias de Santa Cecilia (es uno de los dedos de la mano y está en una gruta).
MAALULA
«Crac de los Caballeros«, que decir de este imponente sitio. Fortaleza de la época de las cruzadas, era de la orden de los Caballeros Hospitalarios, fue un importante centro de ataque a los infieles para la conquista de Tierra Santa y uno de los últimos en ser abandonado. Está situado sobre una loma que divisa todos los alrededores. El estado de conservación era increíble y se podía visitar las caballerizas, las habitaciones, y también la capilla. Tuvimos la gran suerte de encontrarnos a un muchacho practicando canto para un próximo concierto en la capilla, el sonido era magnífico.
CRAC DE LOS CABALLEROS
Siria, anteriormente a ser conocida como Persia tiene mucha mas historia. Cerca de la ciudad de Tartus, en el mar mediterráneo, visitamos las ruinas de Ugarit y de Amrit, dos antiguos emplazamientos de nuestra civilización donde empezaron cosas tan importantes como la escritura. En la ciudad de Tartus hicimos una bonita excursión a la isla de Arwad, el viaje fue en un barquito pequeño que utilizaban como autobús. La isla tiene como característica que no hay espacio para mas casas, es muy pequeña y no hay sitio para mas. Las vistas de la ciudad de Tartus y del mar espectaculares.
TARTUS, UGARIT Y AMRIT
Nuestro camino también nos llevó a visitar el castillo-fortaleza de Saladino. En la época de las cruzadas el infiel más activo contra los cristianos que estaban, entre otros sitios, en el Crac de los Caballeros, fue Saladino. Su castillo-fortaleza está en un emplazamiento impresionante y destaca, sobre todo, los accesos que tenía. La entrada principal estaba en la parte superior de una torre, con una montaña enfrente, y con una columna de piedra en medio del desfiladero. Para acceder al castillo tenían una doble pasarela que se asentaba sobre esa columna. En caso de ser atacados podían retirar la mitad de la pasarela y era imposible acceder a la fortaleza. El estado de conservación era también muy bueno y pudimos visitar casi todas las estancias y torres.
FORTALEZA DE SALADINO
Recorriendo el interior del país nos encontramos con el valle del Orontes, gran río que da vida a ese valle. Grandes extensiones de cultivo (sobre todo cereales) que se pueden apreciar desde las lomas de las montañas que lo circundan. Atravesamos el valle viendo los cultivos y como los agricultores que habían recogido la cosecha (suelen tener 2 cosechas al año) iban a descargar el grano en los almacenes de las cooperativas con unos tractores muy bonitos decorados con muchos colores.
Cuando terminamos de atravesar el valle llegamos a un lugar increíble perdido en mitad de la nada: Afamia (Apamea). Era una ciudad romana que tuvo gran esplendor sobre el año 300 a.c. Ahora se puede ver «el cardo» (calle principal romana) mas importante de oriente, con unos 2,5 km de columnas y la calzada de la calle. También se pueden ver todo alrededor los montículos con los restos de la ciudad que no se han sacado a la luz todavía. (Gracias a no haber desenterrado el resto de la ciudad probablemente se conserve para la posteridad después de esta cruel guerra).
AFAMIA (APAMEA)
Siguiendo nuestro camino nos fuimos a la ciudad de Hama. Ahora es una de las que están sufriendo mucho esta cruel guerra, pero cuando nosotros la visitamos era una ciudad tranquila y con un barrio antiguo muy bonito. Lo mas destacado de esa ciudad es que la atraviesa el río Orontes y para distribuir el agua hay parte de un acueducto muy antiguo y unas grandes norias de madera que son el distintivo de la ciudad y que con su sonido la hacen inconfundible. Según he oído en las noticias las norias no se si ya existen, pero verlas en directo es impresionante. Nos dijeron que tenían mas de 200 años y estaban en funcionamiento.
HAMA
Alepo. Segunda ciudad en importancia. Visitamos la gran mezquita, la fortaleza (creo que destruida), el zoco con sus caravansar del siglo XII y XII (fue de lo primero que se incendió en la guerra), el barrio armenio (con sus calles de piedra, estrechas al estilo árabe que conocemos, por ejemplo, en Toledo). En nuestra estancia en esa ciudad pudimos vivir el regateo árabe clásico, sin estridencias, un intercambio de propuestas con educación y tranquilidad que te hace sentir satisfecho de una buena transacción. También nos tocó vivir una tormenta de arena de desierto, impresionante, que nos acercó un poco mas a la forma de vivir de esas gentes.
ALEPO
Una de las visitas mas divertidas del viaje fue a las ruinas del monasterio de San Simeón el estilita. Este fue un santo que nació en el año 390 y que vivió durante 37 años sobre una plataforma en una columna. Lo divertido de la visita fue pensar como pudo estar todo ese tiempo sobre la columna y como podía llevar el día a día. Tuvo muchos seguidores que hicieron lo mismo que el viviendo sobre una columna varios años. Las ruinas del monasterio están en un paraje muy bonito y sólo por ver los restos del monasterio y donde se encuentra ya merece la pena la visita.
SAN SIMEÓN EL ESTILITA
Por el camino visitamos varias ruinas greco-romanas de sitios como Russafa (nos metimos en la cisterna al modo «Indiana Jones) y Dura Europos. Vimos los restos de una fortaleza en la orilla del lago Assad, que está hecho en el río Eufrates. Visitamos un poblado beduino, la ciudad Deir Ezzor donde nos encontramos la sorpresa de que pasaba el río Eufrates y Eiffel había construído un bonito puente sobre el río. En ese camino fuimos hasta el yacimiento arqueológico de la ciudad de Mari, en esas excavaciones se han encontrado multitud de tablillas de la primera escritura que se conoce.
A nuestro guía le pedimos hacer una parada en el desierto para hacernos una foto delante de una de las tiendas que ponen los beduinos para vivir cuando están cuidando sus animales. El señor de la casa nos invitó a tomar té dentro de su tienda y nos sirvieron el té mas rico que he probado, con una gran amabilidad y una hija muy guapa.
RUINAS, RÍOS Y CIUDADES
Un gran punto en el viaje es «Palmira«, es el típico sitio que recuerdas de los cuentos y las novelas y que te recuerda a Laurence de Arabia. En Palmira se puede visitar las ruinas de la ciudad romana y te recuerdan la historia de su reina Zenobia que tuvo a los romanos de cabeza durante su reinado.
También pudimos visitar las tumbas reales, el castillo que está en una loma y una gran puesta de sol que nos dejó durante el tiempo que duró sin palabras, el sol sobre el desierto y sus montañas, de ese color rojizo y en un silencio absoluto…. un lugar para perderse.
Palmira también tiene un gran palmeral ya que era uno de esos oasis que hacían de parada de caravanas que se movían desde Asia a Europa.
PALMIRA
El último punto de nuestra ruta antes de irnos a Jordania fue Bosra. Es de esos sitios que no te puedes imaginar que puedan existir. Es una pequeña ciudad al sur de Siria, su parte central son las ruinas de las casas romanas que existieron en su momento y que todavía están habitadas por los habitantes de la ciudad. En el suelo puedes encontrarte cualquier moneda u otras cosas de la época romana y como joya de la ciudad está el gran teatro.
El teatro de Bosra está casi intacto desde la época romana, se pueden visitar las galerías que te llevan a los «vomitorios» para salir a las gradas y comprobar que tanto las gradas como el escenario están en casi perfecto estado (o por lo menos lo estaban, ahora no sabemos).
BOSRA
He intentado explicar lo mejor posible ese gran viaje que hice a Siria y que ahora recuerdo casi todos los días cuando veo el telediario. Que pena me da ver la destrucción que se puede producir de gente y cultura en esos países que son tan ricos en historia.